Dice Atucha, aunque sea con la boca pequeña, que le preocupa que el último sucedáneo de Batasuna no pueda presentarse a las elecciones. Y es que a esos hay que tenerles contentos, no sea que se revuelvan contra uno, que ya sabemos cómo las gastan y la costumbre que tienen de reclamar a tiros lo que no consiguen con votos, pero tampoco demasiado contentos, pues, como de verdad se presenten, les van a quitar un montón de votos con los que ya cuentan.
Sería estupendo que Atucha extendiera su preocupación a otros vascos: los que van a ir a votar con escolta. Los que lo van a hacer acongojados en los pueblos pequeños donde se conocen todos. Los candidatos, y héroes, no nacionalistas que se van a convertir literalmente en "objetivo militar" de ETA y en vascos traidores o "no vascos" para los que cortan el bacalao aquí. Los que, armándose de valor, van a hacer de interventores del PSOE y del PP en la jornada electoral... y los que no van a hacer ninguna de esas cosas, o sea, la mitad de los vascos, por miedo a ETA y también a pasar la lista negra del nacionalismo gobernante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de marzo de 2005