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CARTAS AL DIRECTOR

El fin y los medios

Cuando el ex agente del KGB Vladímir Putin se enfrentó a la situación del teatro Dubrovka, tomado por terroristas chechenos, los medios con que solucionó la situación nos demostraron que su fin no era salvar a los rehenes. En el teatro la situación era de una calma relativa, y los secuestradores habían prometido que no habría víctimas, como demostraron los testimonios de los supervivientes.

No eran unos demonios desalmados, como los medios de comunicación vertían en los dolidos rusos, sino hombres y mujeres viudas víctimas de la desesperación y la represión sin límites del Ejército ruso y sus ayudantes mercenarios en Chechenia.

Pero el fin de Putin era simplemente zanjar el asunto. De este modo, sus soldados llenaron el teatro de un gas anestésico que acabó con la vida de captores y rehenes, porque no había a las puertas del teatro médicos suficientes para administrar antídoto a los rehenes dormidos, que morían sin remisión en el suelo, asfixiados bajo la lluvia. Los captores fueron asesinados, también mientras dormían, por las armas del Ejército. Ni un juicio para los captores, ni médicos para salvar a los "liberados."

Putin había conseguido sus fines con los medios adecuados, igual que ahora, eliminando al líder Masjádov, va a conseguir una oleada de terrorismo que seguirá justificando sus acciones despiadadas sobre la población chechena, que se debe estar preocupando dónde está la Unión Europea y qué es eso delderecho internacional y cuáles son, también, sus fines.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de marzo de 2005