Volvemos a comprobar esta semana el peor comportamiento de la renta variable de Estados Unidos respecto a la de los principales bloques económicos. El efecto negativo producido por General Motors, tras revisar a la baja sus previsiones de beneficios para el primer trimestre del año y para el conjunto de 2005 debido a la difícil situación que atraviesa el negocio automovilístico en Estados Unidos, se ha dejado notar en los índices norteamericanos en mayor medida que los buenos resultados que han obtenido los bancos de inversión. Lehman Brothers, Morgan Stanley y Bear Stearn superaron con los resultados del trimestre finalizado en febrero las expectativas del consenso de mercado, pero no fue suficiente para contrarrestar el efecto que produjeron las cesiones superiores al 15% del fabricante de automóviles de Detroit.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de marzo de 2005