Al menos un muerto y más de 400 heridos, la mayoría leves, causó el poderoso terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter que sacudió ayer el suroeste de Japón, donde originó también numerosos daños materiales, informaron las autoridades.
La única víctima mortal era anoche una mujer de 75 años, a quien se le cayó encima un muro en la provincia de Fukuoka, que, junto con las de Saga y Nagasaki, fueron las afectadas por el seísmo, que duró varios segundos y al que sucedieron varias réplicas, una de las cuales fue de magnitud 4,2.
Casi 800 personas buscaron refugio en centros estatales para este tipo de sucesos y otras 500, de las 750 que habitan en la pequeña isla de Genkai, a 18 kilómetros al noreste de Fukuoka, fueron evacuadas por mar o por helicóptero tras la destrucción de 50 casas y daños en otras 15, así como por la falta de agua corriente.
El temblor hizo oscilar violentamente postes de electricidad y edificios, en los que originó grietas en sus muros, interrumpió de forma temporal el servicio de ferrocarril y ocasionó apagones de electricidad, cortes de gas y problemas en la red telefónica durante horas, derrumbamientos y roturas de cristales y de tuberías.
El epicentro del seísmo estuvo situado a 915 kilómetros al oeste de Tokio y a una profundidad de nueve kilómetros en el mar de Japón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de marzo de 2005