Después de desperdiciar dos prórrogas contra el CSKA de Moscú (94-95) y el Scavolini (90-88), la permanencia del Real Madrid en la Euroliga pende de un hilo muy fino. Tanto que el cuadro de Maljkovic, con Bennett y Sonko entre algodones y el alta de Felipe Reyes, está obligado a endosar su segunda derrota consecutiva a los moscovitas en el Universal Sports Hall, donde la semana pasada el Barcelona acabó con la racha de 42 triunfos seguidos de los rusos (68-79). De no hacerlo, caerá eliminado. De vencer, el Madrid se jugaría a una carta su presencia en cuartos contra el Barça en Vistalegre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de marzo de 2005