David Beckham dijo ayer en la concentración de Inglaterra, que se enfrenta el sábado a Irlanda del Norte, en partido del grupo 6 de clasificación para el Mundial 2006, que no soporta más la presión de los paparazzi por el acoso que han sufrido dos de sus hijos. El internacional inglés del Real Madrid se mostró muy molesto por la persecución que han sufrido ambos en los últimos días.
El capitán de Inglaterra contó a la prensa con todo detalle lo dos incidentes ocurridos el presente mes. "Brooklyn iba a su escuela de fútbol mientras yo estaba en el entrenamiento y Victoria, su madre, cuidaba a nuestro último hijo, Cruz", comentó. "Entonces, los paparazzi salieron de donde estaban escondidos y le siguieron hasta la escuela". Y un Beckham compungido añadió: "No tiene más que seis años. Evidentemente, ésto le ha marcado y es lo mismo que ha sucedido con Romeo, que tiene dos. Estaba en la guardería y los fotógrafos le tomaron imágenes mientras jugaba con otros niños. Para mí, hacer esto a mis hijos es sobrepasar todos los límites. Ha llegado todo a un punto que no sé qué hacer", afirmó.
Beckham quiso diferenciar, sin embargo, el trato que reciben él y su mujer, de lo que ha sucedido con sus hijos: "Victoria y yo siempre hemos aceptado vivir bajo las cámaras y ha habido siempre gente que nos ha tomado fotografías. Pero cuando este tipo de cosas alcanza a nuestros niños, que son muy pequeños, y que ni han hecho nada ni lo han pedido, y en sus escuelas, cuando están solos, además, supera todos los límites", repitió.
El centrocampista, sin embargo, quiso matizar que él ama España y al público español. "Yo quiero jugar en el Real Madrid. Pero lo que ha sucedido es lo peor que me podía pasar. Yo pienso que cuando mis hijos están en la escuela, en la guardería o en la escuela de fútbol podrían estar al menos tranquilos. Sin embargo, no lo están".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de marzo de 2005