Después de siete años de "estudios e investigaciones", el Vaticano ha iniciado el proceso de beatificación del arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado hace ahora 25 años por un escuadrón de la muerte mientras oficiaba misa en una capilla de San Salvador.
El crimen, ocurrido el 24 de marzo de 1980, conmocionó a un país sacudido por una incipiente guerra civil, que concluiría en enero de 1992 con los acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrilla. El caso ha quedado en la impunidad, en parte porque una ley de amnistía general dictada en 1993 dificultó el procesamiento de los culpables.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de marzo de 2005