Un estudio encargado por el Consejo de Europa al politólogo Jean-Yves Camus muestra que las campañas electorales nacionales y europeas de varios Estados europeos utilizan la retórica racista, antisemita y xenófoba. Y lo más preocupante es que este tipo de discurso contamina cada vez más las campañas de los partidos tradicionales, y no sólo las de los partidos extremistas.
La Comisión contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa se ha mostrado "inquieta" por las consecuencias de este tipo de discurso "en el clima general de la opinión pública", y no es para menos. Creo que la historia europea es lo suficientemente vergonzante como para recordar que este tipo de discurso representa un gran peligro para la paz social y la estabilidad política. Los gobiernos nacionales y la Unión Europea deberían tomar las medidas oportunas para frenar la proliferación de estos mensajes envenenados, sancionando a sus autores y restringiendo la financiación política de los partidos que los emitan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de marzo de 2005