¡Qué sorpresa al enterarme por una carta del Ayuntamiento de Barcelona de que comparto mi piso de 36 metros cuadrados con cuatro personas más y de nacionalidad ucraniana! La carta también indica que si los datos no son correctos llame al teléfono 010 o me dirija a las oficinas del Ayuntamiento. Primer problema: llamo al teléfono 010, que no es un teléfono gratuito, y me indican que me dirija a las oficinas municipales de Ciutat Vella. Una vez allí, compruebo que está colapsada de emigrantes para empadronarse. Tres horas de cola para llegar a la ventanilla de atención y descubrir que ciertamente estos cuatro ucranianos están empadronados en mi piso, puesto que han presentado un contrato de alquiler (evidentemente falso). Entonces me pregunto: ¿El Ayuntamiento no verifica los documentos que se le presentan? ¿Quién me paga a mí la llamada al 010? ¿Quién me paga tres horas perdidas en una cola, oyendo toda suerte de comentarios xenófobos de las personas de aquí.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de marzo de 2005