En respuesta a la carta del señor Ignasi Alonso, publicada en EL PAÍS el pasado 14 de marzo, en la que se queja de los ruidos y molestias causados por un vecino, me gustaría aclarar que si bien en el momento de la denuncia no pudo desplazarse ningún efectivo de la Guardia Urbana al domicilio del señor Alonso, la Unidad de Atención al Ciudadano de la policía local comprobó con posterioridad las molestias y advirtió al vecino causante de ellas de que debía respetar el descanso vecinal y que, en caso de repetirse estas conductas, sería denunciado. La Guardia Urbana intenta a través de todos los medios de que dispone minimizar las molestias derivadas del funcionamiento de locales de ocio y por ruidos en los domicilios. Se trata, pues, de casos puntuales que no deben hacernos caer en generalizaciones ni poner en cuestión campañas que, como L'Hospitalet por el civismo, cuentan con el apoyo mayoritario de la ciudadanía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de marzo de 2005