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Raniero de Mónaco sigue en pronóstico reservado

Hace dos días el pronóstico sobre la salud del príncipe Raniero de Mónaco era, según los médicos, "extremadamente reservado", luego pasó a ser "muy reservado" y ahora es sólo "reservado" porque la aplicación de la diálisis ha hecho que "la alteración de los distintos órganos vitales deje de progresar". Es decir, que el príncipe, a sus 81 años y después de sufrir dos operaciones de corazón, en 1994 y 1999, y la ablación de un pulmón en 2000, está en un estado "preocupante pero estacionario". O lo que es lo mismo, ha dejado de empeorar sin que nadie crea que puede mejorar.

Los tres hijos -Carolina, Alberto y Estefanía- han visitado a su padre en repetidas ocasiones, a veces acompañados de nietos, o a solas. Todo parece entrar dentro de una rutina lógica ante un paciente que, entre 2002 y ahora, ha sido hospitalizado en numerosas oportunidades, a veces por "insuficiencia respiratoria", en otras por "infección broncopulmonar", en unas terceras por "crisis cardiaca".

La mejor prueba de que la vida sigue es que hoy, en la prensa monegasca, el principal tema era el acuerdo de todos los actores económicos para pedir, conjuntamente con Toulon y Niza, una línea ferroviaria de alta velocidad que sitúe la Costa Azul a dos horas y media de París.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de marzo de 2005