En un par de entrevistas realizadas por Radio Suecia con el director Ingmar Bergman, éste sostuvo que es una idea errónea la de que haya sido un gran seductor, sino que, por el contrario, afirmó: "He tenido que trabajar como un burro para tener las mujeres que he tenido". Bergman, de 86 años, que se ha retirado definitivamente a su refugio en la isla de Fårö, en Gotland, habló de su pasión creadora, de su relación con Dios y de su miedo a la muerte, una idea que siempre lo acompaña. Cree que es "un gran director de cine y teatro", pero no cree que sea un talento, justificando su afirmación en su particular concepción de la diferencia entre talento e inteligencia. Negó ser un seductor naturalmente dotado, pese a que tuvo nueve relaciones amorosas conocidas, algunas "dentro de la ley" y otras "por detrás de la Iglesia", con hijos en común con varias de ellas. Por el contrario, sostiene, "fue muy trabajoso" conquistarlas, "pero divertido". Bergman ha elegido ya el lugar donde descansarán sus cenizas, en el predio, junto al mar, de su casa de Gotland, donde ha vivido gran parte de su vida.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de abril de 2005