A la fase final del baloncesto universitario norteamericano no se le llama locura por accidente. Las universidades de Illinois y Louisville, que contenderán en una semifinal, y Carolina del Norte y Michigan State, que lo harán en otra, superaron a sus rivales con remontadas imposibles, prórrogas dobles y canastas sobre la bocina. Los cuatro equipos hacen de la final four de San Luis (Canal+ D2: domingo, 17.45, y madrugada del martes, 03.00) la más espectacular del decenio.
- Illinois. Los favoritos para ganarlo todo sólo perdieron el último partido de la temporada regular. Con un sistema en el que tres bases -Dee Brown, Deron Williams y Luther Head- comparten el parqué, son divertidos para el espectador y peligrosos para sus adversarios. Complicados de controlar desde la línea de tres, su ataque es impredecible y su defensa sólo echa de menos la falta de un hombre alto de garantías. En los cuartos, contra Arizona, remontaron 8 puntos en 55 segundos. Así de tremendos son los chicos de la ciudad de Champaign.
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- Louisville. Superaron a los contrincantes más complicados para llegar a San Luis, remontaron 18 puntos en la ronda previa, su defensa es asfixiante y se acomodan contra cualquier conjunto. Es difícil de apostar contra el equipo de Rick Pitino, que es capaz de vencer a cualquiera. Corren si es necesario y se defienden en zona o al hombre a la perfección. Con el dominicano Francisco García y el colombiano Juan Palacios, así como con Larry O'Bannon y Ellis Myles bajo los tableros, se llevarán la victoria si son capaces de anular los tiros de tres y de rebotear.
- Carolina del Norte. El más talentoso de los cuatro equipos, Carolina de Norte, el alma mater de Michael Jordan, Vince Carter o Bob McAdoo, llega a su 16ª final four con un quinteto inicial que incluye al novato Marvin Williams, el base Raymond Felton, el escolta Rashad McCants y el pívot Sean May, todos ellos futuros jugadores de la NBA. A los Tar Heels se les han atragantado los partidos importantes y han parecido vulnerables en la defensa. Si juegan con cabeza e intensidad, son imparables.
- Michigan State. La gran sorpresa en San Luis. La universidad de Michigan se deshizo de Duke y Kentucky y el entrenador, Tom Izzo, volvió a llevar a Los Espartanos al trance decisivo, el que ganó en 1999. Muy difícil de superar, el equipo pertenece a la dura estirpe de las tradiciones del Medio Oeste de Estados Unidos: oscuro, duro en la defensa, busca ganar por puntos más que por calidad. Gracias al pívot Paul Davis, que ha conseguido despertar durante el torneo tras un letargo de tres años, y al polivalente Alan Anderson, Michigan, si consigue mantener a Carolina de Norte por debajo de la barrera de los 65 puntos, podría plantarse en la final.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de abril de 2005