Lee Bowyer, del Newcastle, inglés, ha sido sancionado por su club con 305.000 euros (seis semanas de sueldo) por agredir, en pleno partido, a su compañero Kieron Dyer.
La insólita pelea entre dos miembros de un mismo equipo se produjo cuando Bowyer -su largo historial conflictivo incluye una condena penal por dar una paliza a un estudiante paquistaní- decidió que el hecho de que Dyer no le pasase el balón en dos ocasiones era merecedor de un puñetazo en el rostro.
"Es una multa sin precedentes y ha sido severamente censurado", dice el comunicado oficial del club. Nada menos que 50.000 espectadores presenciaron en Saint James's Park el espectáculo de Bowyer y Dyer mientras su equipo perdía por 0-3. Ambos fueron expulsados.
"En cualquier otro ámbito laboral, pelearse sería un motivo de despido", ha sido la reflexión del ministro de Deportes británico, Richard Caborn, pero el Newcastle ya ha anunciado que ninguno dejará el club. Según Caborn, la responsabilidad emana de los directivos, que deben transmitir a los entrenadores "la responsibilidad social y ante la comunidad" de los futbolistas: "Han de mandar un mensaje claro de que comportamientos como el de Bowyer deben erradicarse".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de abril de 2005