Iniciado un nuevo periodo para solicitar plaza en los centros escolares, paso a explicarle la actitud dictatorial de la Consejería de Educación contra un niño andaluz.
Al empadronar unos padres a su hija en el domicilio del abuelo para conseguir fraudulentamente más puntuación y aceptando el centro escolar el certificado de empadronamiento sin que aparezca el nombre de los padres solicitantes de la plaza, mi hijo quedó fuera del centro.
El Consejo Escolar del centro incumplió la normativa de escolarización (Art. 8.2, Decreto 71/1996). Reclamo ante la dirección del colegio, y nada. Realiza recurso a la delegada de Educación, y negativo. Posteriormente acceden a escolarizar al niño siendo posteriormente expulsado ante presiones de un artículo aparecido en prensa, diciendo que en ese colegio había un niño que no le correspondía. Molestaba mucho mi hijo a los padres de la otra niña que es la que había entrado fraudulentamente. Se reclama de nuevo a la delegada y consejera, nada. En el siguiente curso, al quedar una plaza vacante la consigue mi hijo (C. P. Virgen de los Reyes, de Lora del Río).
Había en marcha un proceso judicial contra la Consejería de Educación, siendo la sentencia favorable para nosotros y dándome la razón que tenía desde un principio. Pierde la Consejería de Educación. La sentencia ha sido dictada por el Tribunal Superior de Justicia. Si no hubiera existido la plaza vacante posteriormente, la cual consiguió mi hijo, la niña que entró fraudulentamente, a estas alturas (5º curso) tendría que salir automáticamente del centro que no le correspondía desde un principio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de abril de 2005