Todos los partidos políticos acaban perdiendo elecciones un día u otro. Y lo hacen por una acumulación de factores. Ahora bien, creo que siempre hay un detonante, un hecho que acaba cambiando el resultado.
Por ejemplo, para el PP, este hecho determinante fue el cúmulo de mentiras tras los atentados del 11-M. Creo que el alcalde de Barcelona, Joan Clos, acaba de llevar adelante la decisión que le hará perder las elecciones. Dentro de poco se pondrá en marcha un nuevo elemento recaudatorio del Ayuntamiento, pese a que la iniciativa se quiere hacer pasar como una manera de mejorar el aparcamiento en la ciudad: las zonas verdes.
Los sufridos ciudadanos tendrán que pagar un euro a la semana por nada, porque tendremos que dar igualmente 25 vueltas al barrio antes de encontrar plaza de aparcamiento a 15 calles de casa. Ciertamente, es una opción legítima ir aumentando la presión fiscal de los ciudadanos, pero puede llegar un momento en que tengamos la sensación de que se nos toma el pelo. Y en Barcelona esto está a punto de llegar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de abril de 2005