El diario Neue Zürcher Zeitung (uno de los más prestigiosos de lengua alemana) reseñaba en su día la pérdida de peso institucional del español en determinadas autonomías o el hecho de que hubiera en España escolares que, teniendo el español como lengua materna, no puedan estudiar en él en la escuela (caso único en la UE).
Este escrito, publicado el 13 de marzo, me resultó tan interesante como preocupante. Mis primeras reflexiones ante esto se remontan a cuando fui estudiante de COU hace más de diez años, y me vi cursando las asignaturas de lengua española y literatura castellana en catalán (porque así fue deseo del docente que impartía la asignatura). Era como si se tratase de estudiar una lengua extranjera (inglés o francés). Las explicaciones de clase y apuntes, en catalán; sólo las menciones explícitas del libro eran en castellano. Considero que una lengua es un instrumento de comunicación, con lo cual si el español es la tercera lengua más hablada del mundo, lo cual hace que tenga un nivel práctico mayor que otras lenguas autonómicas, ¿por qué desplazarla por otra que la habla menos población?
Tengo un perfecto dominio de la lengua catalana, pero no dejo de considerar que fuera de nuestra autonomía y dentro de un contexto de globalización no es práctico tener conocimientos únicamente de esta lengua. No estoy de acuerdo ni mucho menos con la persecución del catalán que hubo en la época franquista, pero ¿no estamos acercándonos al extremo opuesto?
Desde el mismo momento en que la elección entre castellano y catalán en la enseñanza primaria no existe, entiendo que se está dando una imposición, y no positiva desde mi punto de vista. ¿Será verdad que en otros países como Alemania se den cuenta de ello y nosotros no.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de abril de 2005