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PACIENTES EN CASA

El SAS primará a 30.000 personas que atienden discapacitados

"Esto va de mujeres, mujeres agotadas", suelta Rosa Pérez, la directora regional de Desarrollo e Innovación en Cuidados del SAS, antes de recordar que menos del 15% de los cuidadores son hombres. Su departamento, integrado en buena medida por enfermeras, impulsó el Plan de Atención a Cuidadores Familiares en Andalucía, una forma de visualizar a ese colectivo oculto sobre el que recae un peso del que se descarga el sistema sanitario y el social. Una labor que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo del enfermo y a dignificar su situación. "Cuando una cuidadora se agota, hay que institucionalizar al paciente", resalta.

El 48% de las cuidadoras sufren de estrés y un 23% padecen depresión leve. Casi la mitad considera que su propia salud es regular o mala, según el estudio elaborado por la Escuela Andaluza de Salud Pública sobre el colectivo. El retrato robot del cuidador andaluz es: mujer de 57 años sin trabajo remunerado. El 38% de las cuidadoras son hijas del enfermo y el 21,5% esposas. Hasta el decreto de apoyo a las familias, aprobado por la Junta de Andalucía en 2002, carecían de atención especial de la administración, aunque el plan del SAS trata de paliar ese olvido. "Esta sociedad tendría que avanzar en reconocer su trabajo, lo que queremos es que se sientan apoyadas y valoradas por lo que hacen", subraya Rosa Pérez.

Captación sanitaria

Una de las medidas va dirigida a cuidadoras de grandes discapacitados: una identificación especial en su tarjeta sanitaria les convierte en usuarias preferentes del sistema sanitario. O sea, si van al médico de familia tienen derecho a ser atendidas con urgencia. El SAS calcula que unas 30.000 cuidadoras atienden a pacientes con gran discapacidad. Desde la puesta en marcha de la tarjeta VIP se han distribuido 2.770 y en breve se lanzará una campaña en los centros de salud para concienciar a profesionales y usuarios de la necesidad de facilitar la atención a personas que cuidan de enfermos dependientes las 24 horas del día, de lunes a domingo.

Las tarjetas preferenciales o los talleres de apoyo son algunas de las medidas del plan, que también incluye el seguimiento telefónico a través de Salud Responde. Las enfermeras de enlace y de familia se encargan de "captar" a las cuidadoras y evaluar sus necesidades para derivarlas hacia recursos que a menudo ignoran. La Consejería de Igualdad y Bienestar Social, por ejemplo, dispone de un programa específico de respiro familiar que se desarrolla en centros residenciales, en periodos que oscilan entre 24 horas y un mes. Se puede solicitar por diferentes razones, ya sea de descanso, enfermedad o emergencias. Este programa comenzó en 2002 con 289 plazas disponibles y ha pasado a 493. Para acceder a él es necesario ser titular de la tarjeta Andalucía Junta sesentaycinco.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de abril de 2005