En la memoria de los mislateros nos queda el recuerdo de un Palacio Mozarabe, La Casa Gran, el tren y la huerta.
La Casa Gran desapareció víctima de una época donde no había aprecio por la historia, resultado de la ignorancia de unos hombres no sé si buenos, que creo estar seguro no lo hicieron con mala intención. El tren se marchó con el progreso de los tiempos, dando lugar a una excelente avenida, en cuyo subsuelo se encuentra la Línea 3 de Metro, un excelente acierto. La huerta comenzó a desaparecer con el desarrollismo de los 60.
Hoy en día no hay ningún foro de debate urbanístico que se precie, que olvide el espíritu que subyace al lugar. No se puede hacer urbanismo sólo con números, coeficientes de edificabilidad, número de dotaciones por cada mil habitantes. Y ahora la pregunta es ¿dónde está el alma de Mislata, qué somos y a dónde vamos?
Yo no puedo adivinar el futuro, pero por lo que veo vamos hacia alcanzar el sueño dorado de nuestros políticos (ya antes del PP se buscaba lo mismo), ser una ciudad de 50.000 habitantes, ser una gran ciudad. Como yo lo veo, es distinto, seremos una barrio dormitorio, donde la calidad de vida se verá mermada, con grandes problemas fruto de un urbanismo especulativo y caótico. Cuando no tengamos ya alma sólo nos quedará ser deborados por nuestra vecina Ciudad de Valencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de abril de 2005