Como vecina del barrio de Tetuán, agradezco que su periódico se haga eco del problema que se cierne sobre el instituto público Jaime Vera y le rogaría publicase esta reflexión que me hago ante semejante tropelía y falta de sensibilidad.
La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid quiere reducir el número de grupos del instituto Jaime Vera para el próximo curso, 2005-2006, y eliminar el nocturno, como primer paso para la supresión del centro, construido por la República en 1933 y que hasta ahora lleva funcionando como tal.
Los motivos que aducen son: haberlo dejado, por su parte, a un abandono físico casi total y que el 70% son alumnos de otras nacionalidades. ¿Pues no saben las nacionalidades que hay en el barrio? ¿No los tendremos que integrar y escolarizar como primer paso para una buena convivencia? Pero creo que esto no es rentable, como si la cultura fuese una inversión a corto plazo...
Estamos refiriéndonos a un instituto de enseñanza pública, en un distrito de Madrid como es el de Tetuán, donde todavía hay personas a las que el acceso a la enseñanza no les ha sido tan fácil como pueda parecer ahora, y tienen que recurrir al turno nocturno para acabar su bachillerato o adquirir una mayor cultura. Este servicio lo prestaba el Jaime Vera, para eso fue creado.
A los responsables de este distrito o a quien correspondan estas decisiones, no les duelen prendas a la hora de cerrar centros de enseñanza pública o destinarlos a otros fines. Los vecinos hemos visto cómo, por los motivos que ellos sabrán, se han cargado dos centros, uno en la calle de Pinos Alta y otro en la calle del Limonero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de abril de 2005