Cataluña es la comunidad donde más crece el precio del suelo, y en el caso del Pirineo no sólo crece el precio, sino que se acaba destrozando los pueblos.
Muchos campesinos de la Cerdanya venden los terrenos que habían sido motor de su economía para la construcción de apartamentos y chalets. Pero todo eso tiene un final, y cuando se llegue a la saturación será demasiado tarde para limpiar el paisaje y cambiar el destino de esta zona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de abril de 2005