Los monegascos, y antes que ellos varios miembros de la Asociación de Tenis Profesional, entre ellos el español Juan Carlos Ferrero, visitaron ayer la capilla ardiente del príncipe Raniero, instalada en el palacio de Mónaco. El cuerpo de Raniero III, que falleció el miércoles pasado como consecuencia de una infección broncopulmonar, estará expuesto hasta el próximo miércoles. El viernes se celebrará su funeral en la catedral de Mónaco. "Todos estamos huérfanos", declaró su hijo y heredero, el príncipe Alberto II.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de abril de 2005