Maider Murua supone un caso excepcional en el agro vasco. En un contexto general de abandono de la producción agrícola y de ausencia de relevo generacional, esta joven pastora ha invertido el trabajo de muchos años venideros en la construcción de una nave en Orendain (Guipúzcoa), donde recoge a sus ovejas y elabora queso. "Lo que tengo es gracias a mi esfuerzo, no a la ayuda de las instituciones", afirma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de abril de 2005