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OPINIÓN DEL LECTOR

Muerte de un corredor

Quisiera hacer una puntualización acerca de la información publicada en su diario sobre el fallecimiento de un corredor de 24 años en el Medio Maratón de Madrid el domingo 10 de abril. Soy corredor habitual y médico, pero al encontrarme lesionado no pude participar activamente en la carrera, por lo me encontraba animando el paso de mis compañeros a escasos 100 metros de donde sucedieron los hechos.

En primer lugar, no fueron dos sanitarios de Samur que participaban en la carrera los que primero llegaron, sino los llamados linces, que no portaban material sanitario, y que comunicaron con la central pidiendo asistencia. Desde el primer momento se empezaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar, dado que el corredor presentaba signos de parada cardiorrespiratoria. En pocos minutos llegó la primera dotación móvil del Samur, a la que le comuniqué la situación y que necesitábamos un desfibrilador para intentar una cardioversión. Sorprendentemente, dicha unidad no portaba un desfibrilador. Fue en ese momento cuando se incorporaron los dos sanitarios de Samur que iban en carrera y a los cinco minutos llegó una segunda dotación móvil que tampoco llevaba desfibrilador. Durante todo este tiempo no se interrumpieron las maniobras de reanimación. Posteriormente llegó una tercera unidad del Samur que sí tenía desfibrilador y drogas vasoactivas.

No cuestiono la rapidez de respuesta ni, por supuesto, la profesionalidad de todos los que intervinieron. Ni siquiera si en el mejor de los escenarios y de las circunstancias el resultado hubiera sido otro, pero: ¿cómo es posible que en un evento deportivo con más de 10.000 participantes, amén del público asistente, dos dotaciones móviles del Samur carezcan de un desfibrilador?

¿Quiénes son los responsables del equipamiento de dichas unidades.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de abril de 2005