Miisu, la gata del recién dimitido primer ministro de Estonia, Juhan Parts, se convirtió en un dolor de cabeza para su sucesor al frente del Gobierno, pues el animal no quiere abandonar el despacho ministerial donde ha pasado los últimos dos años. Según la revista Kroonika, durante los dos años de la jefatura de Parts en el Gobierno, su gata "se acomodó tanto en su despacho que su presencia en las reuniones del Gabinete, en las recepciones y encuentros oficiales no sorprendía a nadie". Prácticamente todos los periódicos estonios escribieron en su momento sobre la "simpática gatita" que "residía en Stenbock", nombre oficial de la sede del Gobierno en la capital estonia, Tallin. Miisu "hasta llegó a ser parte inalienable del folclor político" de Estonia, como en Estados Unidos Barney, el terrier escocés del presidente George W. Bush, y en Rusia la labrador Koni, la mascota del jefe del Kremlin, Vladímir Putin, presente en muchas de sus reuniones con sus colegas de la comunidad postsoviética. Según recordó Kroonika, varios medios estonios solían publicar crónicas en clave irónica sobre las actividades del Ejecutivo en nombre de la "gata gubernamental". Parts, quien anunció su dimisión el 24 de marzo, no quiso llevarse a su gata. La ex esposa de Parts, Merle, hace poco dio a luz y se opuso a "adoptar" a Miisu, que finalmente se convirtió en una "gata non grata", pues el nuevo primer ministro, Andrus Ansip, no la quiere ver en su despacho.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de abril de 2005