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ANTOLOGÍA DE BABEL | POESÍA

Highlands

De un desánimo antiguo viene este oro salvaje que tiñe las laderas, estas manchas de púrpura. Es el brezo nacido de las claudicaciones en los ojos quemados por sal de muchas lágrimas (no de dolor, de niebla, de falta de horizontes y soles que se ponen demasiado temprano). Es la hierba agostada por exceso de lluvias. Tierra, en ti arde la sombra más agreste del hombre, catedral de pobreza y piedras desgastadas por el envejecer de muchas voluntades. Hemos abandonado. Los brazos inactivos contemplan como ojos el perpetuo poniente de estos cielos; qué intensos en su azul maduro de silencios, como otoños cruzados por escuadras de nubes. Dejamos que el olvido de todo afán disponga el país que heredamos para nuestras ausencias. ¿Qué mejor casa puede edificarse el hombre que una tierra de lagos y de arbustos oscuros donde perder sus huesos? Mejor un cementerio que un campo de cultivo. Mejor la costa negra, las olas desatadas; adquirir la costumbre de un mundo sin nosotros

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Ana Isabel Conejo (Tarrasa, Barcelona, 1970) es autora de Vidrios, vasos, luz, tardes (Rialp. Accesit del Premio Adonais 2003) y Atlas, de próxima aparición, al que pertenece 'Highlands', galardonado con el Premio Hiperión 2005.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de abril de 2005