Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Térmicas en el sureste

Se habla últimamente mucho sobre las centrales, tanto térmicas como de ciclo combinado. Los defensores de las de ciclo combinado esgrimen que contaminan menos que las térmicas. Esto es como cuando algún chaval al llegar a su casa con un suspenso argumenta que a él ha suspendido una, pero que a fulanito le han cargado en tres.

No le servirá de excusa: su padre le dirá que hay algo claro, que a los dos les han suspendido. En este caso, en una fija, en medio ambiente. Se está intentando crear una red de posibles centrales en la provincia de Madrid en: Paracuellos del Jarama, 800 megavatios (mw); Pinto, 250 mw; Valdemingómez, 1.200 mw; Morata de Tajuña, 1.200 mw; Colmenar de Oreja, 1.750 mw; Estremera, 1.200 mw; Fuentidueña de Tajo, 800 mw; en Villamanrique de Tajo, 800 mw, y ahora se suma la comunidad de Castilla-La Mancha con la idea de reconvertir Zorita de nuclear a térmica o CRC, y en Santa Cruz de la Zarza (Toledo), 500 mw con una de ciclo combinado. Y a todo esto, ¿qué dicen las administraciones? La de Madrid, la de de Castilla-La Mancha y la ccentral. Estamos rodeados de tecnócratas de despachos medioambientales. La llegada del rey Midas prometiendo el oro y el moro con suculentas aportaciones para asentarse en las localidades dejan boquiabiertos a los alcaldes de los pueblos. Las promotoras de las centrales lanzan a diestro y siniestro las propuestas y alguna caerá.

Dejen de contarnos cuentos chinos y digan claro que las térmicas y CRC son las más rentables para sus promotores, rentabilidad que nunca será repercutida en el usuario, sin importarles el impacto ambiental y la salud, pues ellos y sus defensores nunca viven en sus proximidades. Sólo les importa el aumento de dividendos y su subida en bolsa. Antes que el mercado y demás gaitas, está la salud de los habitantes. Que nos lo digan a los del sureste de Madrid, que no queremos ni una sola central. Se las montan en sus despachos, tanto de promotores como de defensores políticos. Y si son tan poco contaminantes, que cierren las ventanas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de abril de 2005