Quisiera felicitarles por publicar el conmovedor relato de Juan Goytisolo sobre Walterio Carbonell, y sobre todo al autor. Nunca ha quedado mejor expuesta esa extraña sordidez que se vive en la isla de Cuba. Me hizo recordar la marginación sufrida por Virgilio Piñera, nuestro dramaturgo y poeta. Nunca también mejor dicho, ni mejor escrito. Y sobre todo he apreciado el tono meditativo de su narración. Nos hacen falta más reflexiones con esta sensibilidad y sosegada denuncia. Mil gracias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de abril de 2005