El Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Policía de Gijón ha localizado 274 kilos de cocaína de gran pureza ocultos bajo tierra, y a gran profundidad, en una finca próxima a las localidades de San Justo y Venta de las Ranas, en el municipio asturiano de Villaviciosa. La finca es propiedad de un ciudadano brasileño, que ayer aún no había sido localizado, y quien la había adquirido a la suegra del constructor de origen brasileño y nacionalizado español José Alfredo A. G., de 41 años. Éste y su esposa, la gijonesa María Covadonga P. F., de 46 años, habían sido detenidos días atrás en el curso de esta misma operación policial. En su vivienda, un chalé situado en la localidad de Quintes, los agentes se habían incautado de otros 11 kilos de cocaína y uno de hachís.
Los 274 kilos de cocaína hallados bajo tierra en Villaviciosa habían sido envasados en ocho grandes bidones de plástico, de 200 litros de capacidad cada uno, para preservar su conservación.
Este decomiso, uno de los más importantes realizados en Asturias en los últimos años, es consecuencia de una operación antidroga llevada a cabo de forma conjunta en Asturias, Cantabria y País Vasco, y que ha permitido desmantelar una red de distribución, de la que la policía considera como cabecilla a José Alfredo A. G. La investigación se centra ahora en determinar los canales utilizados por esta organización para introducir la cocaína en Asturias.
La policía baraja dos hipótesis: que la droga llegase al puerto de El Musel (Gijón) camuflada entre los materiales de construcción -fundamentalmente madera y piedra de Brasil- que José Alfredo A. G. importaba desde Suramérica para la construcción de chalés, o bien que fuese trasladada por vía marítima desde Galicia hasta Asturias y desembarcada bien por la ría de Villaviciosa, el cercano puerto de Tazones, o cualesquiera de las playas y ensenadas del municipio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de abril de 2005