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Reportaje:

Batalla de primeras damas en Argentina

Los peronistas, divididos ante las posibles candidaturas al Senado de las esposas de Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde

La batalla política entre dos mujeres puede decidir en los próximos meses el panorama argentino de los próximos años. En el Partido Justicialista (PJ), y de manera cada vez menos disimulada, se libra una dura pugna por la candidatura justicialista al Senado en la provincia de Buenos Aires para las elecciones del 23 de octubre. Y dándole la vuelta al dicho de que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, se puede decir que detrás de cada mujer en la liza hay un hombre muy poderoso.

El justicialismo bonaerense (y por tanto el de todo el país) se debate entre dos opciones: colocar en cabeza de la lista a Cristina Fernández, esposa del presidente de la República, Néstor Kirchner, o a Hilda Chiche Duhalde, esposa del hombre fuerte del Partido Justicialista y ex presidente, Eduardo Duhalde. Entre ambas, un partido hegemónico, pero dividido en numerosas facciones, y con sus líderes tratando de ganarse el favor de uno o de otro bando.

La rivalidad entre Kirchner y Duhalde es notoria, pero ambivalente. El primero llegó a la presidencia de la mano del segundo y enseguida trató de hacerse con los resortes del poder en el partido. Duhalde ha mantenido un perfil alto, pero el presidente ha ido poco a poco ganando aliados. El domingo se apuntó una importante victoria en la ciudad de Buenos Aires con el nombramiento de su jefe de gabinete y mano derecha, Alberto Fernández, como presidente del PJ porteño. Duhalde, que siempre se ha mostrado partidario de apoyar al actual presidente argentino, no desea que el enfrentamiento derive en ruptura.

Kirchner quiere que sea Cristina Fernández quien encabece la lista oficial del justicialismo en la provincia de Buenos Aires. La opción está lanzada y ha sido recibida con entusiasmo por una parte de la militancia. "Su candidatura responde a la lógica de las tres íes", decía en un acto político el alcalde de La Plata, Julio Alak. "Para nuestro pueblo es indispensable; para nosotros, irreemplazable, y para nuestros adversarios, inevitable", arengaba en el mejor estilo peronista. El movimiento ha colocado en un brete a muchos alcaldes justicialistas, que tienen que optar entre hacer campaña por Cristina Fernández o enfrentarse a ella... y al presidente.

"Tengo la sensación de que habrá más de un candidato, pero ya veremos", advirtió Duhalde desde Roma, donde asistía a los funerales de Juan Pablo II. Mientras, su esposa protagonizaba un acto político en el conurbano bonaerense. El líder justicialista ve cómo su debilitamiento ante Kirchner puede tener un efecto más grave a medio plazo. El presidente no quiere un Gobierno condicionado por un aparato fuerte en Buenos Aires, ni una figura que, de alguna manera, pudiera condicionar su reelección.

Hace una semana, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, anunció que en agosto se celebrarán primarias simultáneas y obligatorias en todos los partidos. Mientras, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, ha filtrado a la prensa local su temor de que la pugna interna lastre la delicada situación económica del país.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de abril de 2005