El nuevo mercado de Santa Caterina reabrirá el próximo 10 de mayo con un aspecto completamente distinto al anterior equipamiento, el segundo más antiguo de Barcelona. La cubierta del recinto, una vistosa estructura multicolor, expresa lo que pretende ser el espacio: el motor que revitalice un barrio en plena transformación. El recinto se distingue del resto de mercados barceloneses porque los puestos no están distribuidos en manzanas, sino que se agrupan en varias formas para facilitar que los clientes se paseen por el interior del equipamiento. Pero no sólo se moderniza el edificio. El mercado dispondrá de servicio de compras por Internet, reparto a domicilio, una sala para actividades formativas y educativas, ascensores y 250 plazas de aparcamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de abril de 2005