En invierno, el número de pacientes que acuden a los servicios de urgencias de los hospitales crece. El aumento de la demanda asistencial en el servicio de urgencias del hospital Vall d'Hebron ha hecho insuficiente su capacidad, pues se han vivido con demasiada frecuencia situaciones caóticas. Aunque los pacientes son los principales perjudicados, los médicos que trabajamos en urgencias nos vemos tremendamente afectados, ya que con frecuencia debemos atender fuera de los espacios adecuados para ello, y la desesperación de pacientes y familiares nos lleva a situaciones desagradables y en ocasiones peligrosas, en las que somos objeto de agresiones verbales y, en algún caso, de agresiones físicas. La solución no es sencilla, pero es una necesidad básica que podamos trabajar en unas condiciones adecuadas y seguras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de abril de 2005