Barcelona es una ciudad multicolor -el amarillo de los taxis, el azul de los aparcamientos-, pero le faltaba un color para completar el parchís: el verde. Por eso, el Ayuntamiento ha creado las nuevas zonas de aparcamiento de pago con ese color. Aunque el verde sea un color ecologista, aparcar no lo va a ser tanto, ya que aumentará la contaminación al dar todo el mundo más vueltas buscando donde aparcar gratis. La solución pasará por comprar una plaza de aparcamiento, por lo que aumentará otro color del parchís: el rojo en nuestra cuenta bancaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de abril de 2005