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Las protestas de los árabes del sur de Irán causan cinco muertos

Las autoridades liberan a 310 detenidos para rebajar la tensión

Irán liberó ayer a los detenidos en los disturbios del pasado fin de semana en el suroeste del país, pero aún no se ha aclarado lo sucedido. Una carta falsa que atribuía al Gobierno la intención de reducir el porcentaje de árabes en la provincia de Juzestán explica en parte la reacción popular, no quién está detrás y con qué objetivo. Las autoridades hablan de compló. Ayer admitieron cinco muertes y 310 detenciones.

"La última cifra que tenemos es de cinco muertos", declaró a la prensa el portavoz del Ministerio del Interior, Yahanbajsh Janyaní. El dato convierte las protestas en las más graves de los últimos años. Según Janyaní, tres personas perdieron la vida en Ahvaz, la capital de la provincia de Juzestán, y otras dos en Mahshahr, al sur de aquélla. Radio Farda (www.radiofarda.com

financiada por Estados Unidos) llegó a hablar de 20 muertos y centenares de heridos, cifras que resultan imposibles de confirmar.

La violencia estalló el pasado viernes cuando, al parecer, grupos de árabes iraníes se echaron a la calle en Ahvaz y otras localidades de Juzestán para protestar contra un supuesto plan del Gobierno para variar la composición étnica de la provincia. El plan aparecía en una carta que circulaba por Internet (www.ahwaz.org.uk/images/ahwaz-khuzestan.pdf) con la firma de Alí Abtahi, un consejero del presidente, Mohamed Jatamí, que se apresuró a desmentir su autenticidad en su página web (www.webneveshteha.com).

Los manifestantes, que atacaron e incendiaron edificios oficiales, bancos y coches de policía, fueron reprimidos con gases lacrimógenos y balas de goma. La población de Juzestán, en la frontera con Irak, es mayoritariamente árabe, aunque este grupo étnico apenas suma un 3% de los casi 70 millones de iraníes. La región es también el centro productor de petróleo. De ahí la gran sensibilidad gubernamental hacia este asunto.

El Ministerio de Cultura y Orientación Islámica ordenó el lunes el cierre provisional de la oficina de la cadena árabe Al Yazira en Teherán. Las autoridades le acusan de dar una cobertura sesgada y de incitar a la violencia. Al Yazira, el primer medio internacional en informar de los disturbios el domingo, ha presentado las protestas como secesionistas.

La mediación del ministro de Defensa, Alí Shamjani, un árabe iraní del Juzestán, permitió que ayer quedaran en libertad los tres centenares de detenidos.

Aunque los árabes y otras minorías iraníes (azeríes, baluchis, kurdos y turcomanos) se quejan de discriminación en los empleos públicos y falta de atención a su lengua y su cultura en los medios oficiales, el malestar rara vez se ha traducido en violencia.

"Se han sobredimensionado los incidentes", declaró ayer a este diario un embajador europeo en Teherán. Respecto a la posibilidad de que la carta falsa fuera un globo sonda de algún sector del régimen iraní, la fuente estimaba que "a nadie se le ocurriría tocar ese tema en este momento". Irán afronta elecciones presidenciales en dos meses y EE UU le ha señalado como uno de los integrantes de su eje del mal.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de abril de 2005