La economía china creció un 9,5% en el primer trimestre respecto al mismo periodo de 2004, lo que presagia nuevas medidas por parte del Gobierno para evitar el recalentamiento que afecta a algunos sectores, como el inmobiliario. El PIB ascendió a 3,13 billones de yuanes (290.600 millones de euros). El aumento de la actividad es superior al que esperaban los analistas y está muy por encima del objetivo del 8% que se han fijado las autoridades para el conjunto del año.
El motor del crecimiento han sido las exportaciones, que subieron un 35%, mientras las importaciones lo hicieron un 12%. Más de la mitad de las ventas al exterior las realizan las multinacionales foráneas, que siguen volcándose en China por los bajos costes salariales y el auge del mercado interno. La inversión directa extranjera, que en 2004 fue de 46.300 millones de euros, ha subido un 9,5% en el trimestre, hasta 10.200 millones de euros.
Zheng Jingping, portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas, dijo ayer al presentar las cifras que la inversión en activos fijos -que subió un 23%, hasta 102.000 millones de euros- es "demasiado grande" y "continúa sobrecalentada". Y advirtió que el Gobierno necesita reforzar los controles sobre la cesión del uso del suelo y los préstamos para proyectos inmobiliarios, porque, según afirmó, el exceso de inversión dispara los precios de las materias primas y origina cuellos de botella en los transportes.
Desde mediados de 2003, las autoridades han incrementado las medidas para enfriar una economía que en algunos sectores, como el inmobiliario, el automóvil, el acero o el cemento, ha dado claros signos de recalentamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de abril de 2005