A mí me hubiera gustado, e incluso así lo había intuido, con error, que el nuevo Papa hubiera sido alguien como el cardenal hondureño. Teniendo en cuenta que, queramos o no, las religiones influyen en la sociedad normalmente para bien, para que haya respeto y entendimiento mutuo aunque sea artificiosamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de abril de 2005