El ministro de Defensa, José Bono, afirmó ayer que las "diferencias de criterio" entre el Gobierno español y la Iglesia deben ser consideradas como "anécdotas" dentro de un "enorme caudal de entendimiento". "Yo soy cristiano, pero no he sido elegido para gobernar exclusivamente en favor de los que me han votado y de los que tienen mi misma fe. Una cosa es lo que la Iglesia piensa y dice y otra cosa distinta es lo que piensa la soberanía nacional, que es a lo que tenemos que atenernos en el Gobierno", declaró a Radio Nacional de España.
Además, aseguró que España es un país "respetuosísimo" con la Iglesia católica, e incluso indicó que probablemente no haya ninguna nación en Europa que le dé un trato similar en materia de enseñanza, ya que un colegio concertado es prácticamente como un colegio público a la hora de recibir subvenciones.
Respecto a los acuerdos firmados con la Santa Sede, apuntó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lo único que ha hecho es cumplirlos y, en ningún caso, ha pensado en revisarlos o en denunciarlos.
Sobre el nuevo Papa, el ministro Bono confió en que Benedicto XVI incida más en el amor, la solidaridad y la justicia en el mundo que en los dogmas o la doctrina de la fe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de abril de 2005