La escuela de negocios EOI y el Observatorio Ambiental de Andalucía presentaron ayer su segundo informe sobre la sostenibilidad de las distintas actividades económicas de la comunidad. En el informe, que analiza un centenar de variables estadísticas para comparar la aportación económica del sector con su impacto ambiental, se consulta también a 75 expertos andaluces sobre la "ecoeficiencia" de estas actividades. Y sus mayores preocupaciones se centran en la evolución del turismo, la construcción y el transporte. "El modelo turístico que se está desarrollando en la costa es, evidentemente, rentable a corto plazo, pero es insostenible a medio y largo plazo", resumió el director de EOI Andalucía, Jacinto Cañete.
El informe de EOI y el Observatorio Ambiental de Andalucía es el más completo que se realiza en la comunidad sobre el impacto ambiental de las actividades económicas. Además del análisis estadístico, el informe elabora un índice sintético a partir de las opiniones de un panel de 75 expertos (dirigentes en los sectores público y privado, formadores de opinión, políticos, universitarios, científicos, tecnológos). El resultado que muestra ese índice es muy similar al publicado el año pasado: una ligera mejoría global de la economía andaluza en su avance hacia un desarrollo sostenible.
El director de EOI Andalucía resumió en conferencia de prensa cuáles son, a juicio de los expertos, los aspectos en los que la economía andaluza genera un impacto ambiental insostenible. "Los expertos advierten una falta de voluntad política para limitar la expansión urbanística en el litoral" , indicó Cañete, quien afirmó que cualquier iniciativa para "normalizar" la situación -como la anunciada recientemente por la Junta de Andalucía- sería "bienvenida". "Estamos matando la gallina de los huevos de oro", resumió el director de EOI. "El sector se tiene que plantear si, con esta evolución, no está en riesgo de colmatarse", añadió el presidente del Observatorio Ambiental de Andalucía, Fernando Martínez Salcedo.
Otros problemas reseñados por los expertos son la extensión de cultivos de riego en zonas de baja disponibilidad de agua o el escaso desarrollo de modelos de transporte público eficientes. Más del 66% de los consultados también consideraron preocupante el uso inadecuado del agua por su bajo precio, la ausencia de recursos y voluntad política para mantener la calidad ambiental en poblaciones de "segundas viviendas" durante el verano, el exiguo uso de energías renovables, la contaminación acústica o el débil fomento de la movilidad peatonal y en bicicleta.
Estadísticas
El recuento de variables estadísticas corrobora buena parte de las preocupaciones expresadas por los expertos en la consulta que se realizó a finales de 2004. Martínez Salcedo explicó que los medidores de impacto ambiental usados han crecido muy por encima de la aportación económica en turismo, construcción, transporte y energía. Por el contrario, el presidente del Observatorio Ambiental de Andalucía afirmó que la evolución de sectores más tradicionales, como la industria o la agricultura, ha mejorado.
En el último periodo analizado (2002-2003), la aportación económica del sector agrario cayó un 14%, mientras que los indicadores ambientales tuvieron un comportamiento más moderado que en años anteriores (el consumo de agua cayó un 17%, el uso de fertilizantes creció un 7% y el de productos fitosanitarios un 2%). En la industria, la aportación económica creció un 2,47%, mientras que el consumo de agua se mantuvo estable y el de energía se movió en parámetros muy parecidos al alza de la producción (2,9%). El informe sólo observa que la generación de residuos peligrosos creció un 20%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de abril de 2005