El presidente del Gobierno ha dicho que sobre todo se puede negociar, en el proceso de reformas estatutarias en el que nos encontramos, menos sobre la Seguridad Social, instrumento fundamental que tiene el Gobierno para "distribuir la solidaridad". Y se compromete con solemnidad cuando dice que el principio de que la Seguridad Social continúe en manos del Estado es inviolable.
Desde Andalucía se recela de cualquier manifestación que pueda ser interpretada como gesto de diferencia y deferencia de la dirección socialista con el PSC y sin embargo acaso haya que interpretar fríamente la petición de Zapatero de un pacto del PSOE con el PSC sobre la reforma del Estatut, en el sentido de pedir a los suyos paz, en el proceso de concreción de las reformas para no contribuir desde dentro a la confusión y a las interpretaciones victimistas.
El hecho de que ponga pies en pared con respecto al verdadero pilar de la distribución de la solidaridad, que es, como bien dice el presidente, la Seguridad Social, es un dato importantísimo en medio del debate, a veces no del todo equilibrado, sobre el peligro de las insolidaridades que pueden llegarnos desde Cataluña. El presidente del Gobierno entiende la demanda catalana sobre la necesidad de más gasto, por la realidad del aumento de población a causa de la inmigración, fundamentalmente, pero eso lo hace compatible con la ayuda para dinamizar la economía de las comunidades que lo necesitan.
El proceso continúa, lo que empezó siendo considerado por algunos como una excentricidad política sin base social alguna, concretamente eso se ha dicho hasta hace cinco minutos en Andalucía, está empezando a convertirse en un debate que va calando y en el que es fundamental que se implique cada vez más gente y se abra y se extienda a todos los ámbitos, sin dramatismos y con las ideas claras sobre lo que desde cada comunidad autónoma se quiere conseguir, siempre y cuando nadie olvide que todos estamos con todos, nadie está solo; como, por cierto, ha dicho en Cataluña José Montilla, ministro de Industria y primer secretario del PSC, sobre la pretensión de ERC de proponer una Agencia Tributaria catalana independiente de la estatal. No estamos solos, ha dicho Montilla. Pues eso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de abril de 2005