Soy un residente en la calle de Larra, distrito Centro. A lo largo del mes de febrero y marzo, en esta calle tuvieron lugar una serie de trabajos en relación a las conducciones de gas, siendo necesaria la realización de zanjas, posterior asfaltado... ocasionando a los vecinos las lógicas molestias que, en cualquier caso, se aceptan por el bien de la colectividad. Pero, desde la semana pasada, todos contemplamos con estupor que los operarios han vuelto para hacer aparentemente lo mismo que hicieron la otra vez: zanjas, excavaciones... y supongo que se acabará con el correspondiente asfaltado.
¿Tan difícil es hacer las cosas bien de una sola vez? Más aún, cuando se tiene en cuenta que se trata de obras que se financian con dinero público (ello debería implicar un plus de cautela y responsabilidad en su gasto) y que originan unas molestias considerables a los vecinos, sobre todo si son por partida doble. En segundo lugar: ¿estamos en manos de gente capacitada para ejecutar las obras necesarias que permitan organizar unos Juegos Olímpicos? Nadie duda de la magnificencia del proyecto Madrid 2012, calificado por sus propios autores (en admirable ejercicio de humildad, modestia y prudencia) como "el mejor", pero a la vista de ésta y de otras actuaciones, permítanme tener serias dudas acerca de la capacidad de nuestros gestores para llevarlo a buen puerto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de abril de 2005