Los representantes del Gobierno catalán salieron ayer al paso de las reticencias, críticas y rechazos con que ha sido recibida su propuesta de financiación de la Generalitat con la reafirmación de que se sitúa dentro del desarrollo federalista de la Constitución. El primer consejero, el republicano Josep Bargalló, insistió, además, en que "no se trata de imponer nada a nadie" y que desde luego "no es un modelo que vaya contra otra comunidad".
El consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, destacó que "no es una propuesta cerrada", y la definió como una "concreción federal" de la idea de "la España plural". Saura afirmó que la transparencia en la solidaridad "que aquí causa tanto revuelo es perfectamente normal en países como Alemania o Canadá".
Uno de los diputados ecosocialistas que forma parte de la ponencia redactora de la reforma, Jaume Bosch, aseguró que la fórmula del tripartito está dentro del marco constitucional. "Nosotros partimos de una interpretación de la Constitución muy distinta de la visión limitativa del autogobierno y centralista que ha estado vigente durante estos años", precisó.
El secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Joan Puigcercós, afirmó que el automatismo con que ha sido rechazada la propuesta en medios políticos y mediáticos de la capital de España muestra la existencia de una "catalanofobia" superior en su opinión al rechazo provocado por el plan Ibarretxe. Lo atribuyó "a los intereses de la costra improductiva de altos funcionarios del Estado", de los que dijo que temen ver perder sus posiciones de poder. "Son altos funcionarios como Bustelo y los directivos de AENA, que no dudan en enfrentarse incluso a las decisiones del Gobierno español" cuando consideran que se perjudica su estatus, aseguró.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de abril de 2005