Hugo Edenås, consecuente defensor de los derechos de los sordos en los países nórdicos, falleció días pasados a los 85 años de edad.
Había perdido la capacidad auditiva a la temprana edad de cinco años e ingresó a la escuela de sordos en la ciudad de Lund, al sur de Suecia, donde estudió entre los años 1927 y 1935. En ese periodo aprendió sueco e ilustración.
Hugo Edenås comprendió tempranamente que las personas que padecen de sordera eran objeto de injustas discriminaciones y decidió luchar por eliminarlas. Durante los años cuarenta del pasado siglo se vinculó a la Asociación de los Camaradas Sordos y posteriormente a la Asociación Nacional de Sordos de Suecia, cuya directiva integró asumiendo la dirección de la revista editada por la institución, entre los 20 años que transcurrieron entre 1949 y 1969. Ya en el año 1951 viajó a Roma como representante sueco a la fundación de la Asociación Mundial de Sordos, un paso fundamental en favor de los esfuerzos por mejorar y hacer posible la superación de esta minusvalía.
Edenås fue el segundo sordo de Suecia que obtuvo la licencia de conducir, un derecho por el que había luchado desde años atrás. Mantuvo una activa correspondencia con expertos extranjeros comprometidos con los problemas de los sordos, al tiempo que subrayó la importancia de dominar todas las formas de expresión del idioma sueco.
En el año 1970 se dedicó al desarrollo de medios auxiliares para el estudio de los sordos, fundando, después de acogerse a la jubilación, su propia empresa para el desarrollo de dichos medios auxiliares.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de mayo de 2005