En Valencia, el MUVIM (Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad) ha estrenado exposición sobre El descrèdit de la realitat, de Joan Fuster. El responsable político es Vicent Ferrer, hombre inteligente que ha atemperado posiciones otrora más próximas al anticatalanismo. Luce este diputado provincial nombre y apellido que, pese a su homónimo benefactor en la India, en cualquier otro lugar parecerían bastante vulgares, pero en los que aquí reconocemos una gran raigambre histórica, fuerte aroma catequético e indiscutible solvencia lingüística. Pues bien: el Ferrer contemporáneo entonaba un canto a la tolerancia mientras su presidente Fernando Giner arremetía de nuevo contra "el PSOE, capaz de vender y traicionar al pueblo valenciano aceptando que el Estatut de Cataluña establezca mecanismos de defensa de la unidad de la lengua".
Curiosa institución, esta de las Diputaciones Provinciales, tan inútiles y decimonónicas, nidos de canonjías y compra-venta de voluntades... También en fecha reciente ha caído en mis manos una nota de prensa de la de Alicante, yo diría que desde siempre la más provincialista y provinciana en el peor sentido de ambos términos. En ella se informa de la organización del programa Acércate a la cultura de Alicante "para que los 18.000 residentes europeos censados aprendan nuestro idioma y costumbres". Parece que los africanos y orientales no tienen derecho, con lo que está claro que tras la acotación geográfica se esconde una frontera clasista que podríamos resumir como "jubilados chaleteros sí, currantes no". La diputada Loreto Cháscales decía que además de la lengua también pretenden "acercarles un poco a la cultura de Alicante, la gastronomía, el trato con el Ayuntamiento, enseñarles cómo pedir un kilo de naranjas o cómo decirle al doctor que me duele aquí o me duele allá..." ¿Y adivinan cuál es ese único "nuestro idioma" que se va a enseñar? Efectivamente... ¡el castellano!, que como se sabe siempre ha sido la lengua del mercado allá donde se van a realizar dichos cursos: La Nucia, Dénia, L'Alfàs del Pi, La Vila, Teulada-Moraira, Calp... En fin, que entre estas dos prendas y el presunto blanqueador de fitosanitarios tóxicos, lo tenemos claro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de mayo de 2005