Con la voz profunda de Bruce Springsteen dando la bienvenida a los aficionados, el ambiente que se respiraba en el Calderón era de verbena. Fuera ocurría todo lo contrario: 60 ultras del Athletic, que tenían entrada, rodeados de furgones de policía, armaban bulla pidiendo su entrada en el campo.
El Atlético les denegó el acceso tras los altercados que les enfrentaron con bolsas de radicales del Frente Atlético. "Hemos decidido ejercer nuestro derecho de admisión y prohibirles la entrada para evitar nuevos incidentes", explicó José Camarero, jefe de seguridad del club madrileño.
Mediada la primera parte, 40 policías obligaron a entrar uno a uno y con la documentación por delante a los radicales en un autocar en el que les devolvieron a Bilbao.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de mayo de 2005