La danza, en general y siempre, necesita héroes. En este caso, héroes generosos que se entreguen y luchen por el género; viene a guisa lo de luchar contra molinos, no de viento, sino de burocracia e incomprensiones. La gala del Albéniz ha sido una buena velada llena de intensidad, buen baile, belleza. Era necesariamente larga según el ambicioso guión (de donde faltaban inexcusablemente Tudor y Robbins), pero discurrió con fluidez. Al vuelo hay que citar el refinamiento y rigor de María José Ruiz con la danza antigua (base de los genes del ramo); la madurez en línea y gusto de Larissa Lezhnina en su cisne; la introspección devota de los de Limón; la propuesta de alusiones semióticas de Forsythe en dos adanes de su aparato expresivo; la ruta tenebrista de los de Kilian; el arrojo de los jóvenes que se lanzaron a la Escuela Bolera (hay que ver cuánto detalle de estilo y figuras hay dentro del memorable trabajo de Alberto Lorca); silueta y musicalidad en La Moliera de Casanova; los cuatro artistas del Ballet de la Comunidad de Madrid, bien entrenados y atendiendo a la "bravura"; tan fuertes señas propias en Gelabert; la alegría de los chicos en un clásico de Fosse. Pero sobre todo, y muy alto, la humanística, la poesía, el aliento de verdad que hay en Ana Laguna y Mats Ek. Ellos han dado una potente lección, un recital de hondura donde nada es simple, sino perfecto, donde los gestos miden su grandeza en su sencillez, y "el que apaga la luz" (parafraseando a Bonilla) no es el último, sino el primero. Ese pas de deux habla de un intrincado bosque doméstico, abisal en los objetos, terrible y con todas las espinosas posibilidades de lo real.
Grandes coreógrafos de la historia
Compañía Ballet Esquivel (César Casares, Gudrun Schwabl y Diana Campóo); Het National Ballet (Larissa Lezhnina y Raphael Coumes; Ballet Víctor Ullate (Natalia Tapia, Yevgen Uzlenkov, Rebeca Taboada, Luca Vetere); Compañía José Limón (Nina Watt y Paul Dennis); The Forsythe Company (Ander Zabala y Amancio González); Nederlans Dans Theater (Cora Bos y Vaclav Kunes); Alberto Lorca (Raquel Alarcón y Nani Paños); Antonio Ruiz Soler (Cristina Casanova); Cesc Gelabert; Mats Ek y Ana Laguna; Bob Fosse (Laura Rodríguez, Yolanda Serrano, Teresa Cora, Natalia Delgado, Eva Alvarez, Javier Toca, Angela Rodríguez, Lion Melo, David Mur, Luis Pérez, Fernando Lázaro y Marcel Bosch. Teatro Albéniz, Madrid. 29 de abril.
Y una indispensable corrección filológica (una gala como ésta, que tanto esfuerzo comporta, no puede permitirse errores de bulto): el adagio del segundo acto de El lago de los cisnes es de Lev Ivanov, no de Marius Petipa (ver en Roland John Wiley: allí lo explica todo), y de este último es la versión de Esmeralda que se vio, no de Jules Perrot, como reza el programa (Ivor Guest desmenuza en su libro esta común confusión de topologías y estilo).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de mayo de 2005