La Guardia Civil ha interceptado más de 3,3 toneladas de cocaína proveniente de Venezuela, escondida en contenedores del puerto de Barcelona.
En la operación se ha detenido a cuatro personas, todas ellas del escalafón más bajo de una de las redes de narcotráfico que han hecho del puerto barcelonés un lugar de tránsito de estupefacientes. Tres de ellos, trabajadores del puerto, han quedado en libertad con cargos tras declarar ante el juzgado de instrucción, y el cuarto, responsable de un almacén, pasó ayer a disposición judicial, según informó Radio Barcelona.
En enero se practicó la primera de las dos operaciones, en la que la Guardia Civil se incautó de 600 kilos. La segunda ocurrió en marzo, y se confiscaron otros 2.700 kilos. La droga estaba escondida en contenedores de muebles. La banda utilizaba el funcionamiento regular del puerto; es decir, una vez entraba el contenedor con la cocaína, éste se vaciaba, se llenaba de muebles y partía de las instalaciones con la mercancía legal. Esta operación confirma que el puerto de Barcelona es un importante punto de entrada de cocaína procedente de América Latina.
En abril, la Guardia Civil se incautó de 190 kilos de cocaína que viajaban en latas de palmitos procedentes de Costa Rica y con destino a Bélgica. Por otra parte, el instituto armado ha desarticulado una banda de narcotraficantes a la que ha confiscado siete toneladas de hachís desde el pasado mes de septiembre. La mayoría de la droga fue aprehendida en playas del litoral catalán y levantino, donde se ha trasladado el desembarco del hachís de Marruecos tras haberse extremado la vigilancia en el Estrecho a causa de la inmigración ilegal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de mayo de 2005