"Podemos convertir los sentimientos de las víctimas en razón", dijo ayer Gregorio Peces-Barba, Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo en el acto de asistencia a la presentación de la Sociedad Valenciana de Victimología (SVV). Peces-Barba consideró que "el pacto antiterrorista está vivo y debe estarlo por las víctimas" y defendió un trabajo multidisciplinar para conocer las necesidades, los problemas de las víctimas.
Aplicar la ciencia a la realidad de las víctimas de delitos, acercar el derecho penal, la psiquiatría, la sociología y otras disciplinas es el objetivo que se plantea la Sociedad Valenciana de Victimología (SVV) que ayer presentó en la Facultad de Derecho de Valencia el profesor y ex vicepresidente del Tribunal Constitucional, Tomás Vives, en compañía del Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba, y ante, por ejemplo, Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP asesinado por ETA Gregorio Ordóñez. "Las víctimas del terrorismo son diferentes, deben ser tratadas en igualdad pero son diferentes y tenemos que conocer sus sensibilidades, que son muchas", explicó ayer Peces-Barba.
El Alto Comisionado para las víctimas del terrorismo defendió la creación de la SVV porque con ella "vamos a pasar de los sentimientos a la razón", en referencia a los trabajos de conocimiento de las distintas realidades desde el máximo de perspectivas que asisten a las víctimas. Peces-Barba repasó en cifras el drama de los muertos por acciones terroristas en España: 1.206 víctimas (812 por ETA; 84 por el Grapo; 192 en los atentados de Madrid del 11 de Marzo de 2004; 118 por otras acciones). Y se acercó aún más a ellos: 102 militares, 225 guardias civiles; 182 policías nacionales: 30 policías locales; 14 policías autonómicos; 57 empresarios; 38 políticos; tres periodistas; siete magistrados y fiscales; tres empleados del Ministerio del Interior y 536 de otras profesiones diversas. "Por ellos, que se lo merecen todo, el pacto antiterrorista debe estar vivo y es necesario que se aplique con respeto y lealtad".
La SVV, que aún no tiene presupuesto asignado y carece de un protocolo firmado que especifique su relación con la administración autonómica, con las Oficinas de Ayuda a las Víctimas del Delito (OAVD) o el Centro Reina Sofía, pretende crear un tejido de reflexión y estudio que ponga el acento en las víctimas de cualquier delito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de mayo de 2005