La relación entre pintura y escritura en la Generación del 27, entre poetas ilustrados y creadores plásticos, derivó en una fructífera fascinación. El Museo Municipal de Málaga exhibe esta profusión creativa hasta el 6 de junio en la exposición Trazo y verbo. La pintura del 27.
La muestra es un recorrido a través de 60 obras que flirtean con multitud de corrientes pictóricas del siglo XX. Desde el neocubismo a la corriente figurativa pasando por el surrealismo lírico que expresan dibujos de Federico García Lorca o Gabriel Celaya.
Procedentes de colecciones privadas, hay sorpresas deliciosas y la gran mayoría inesperadas.
"La exposición está llena de viveza y atrevimiento, y en las búsquedas de pintores y escritores flota un nuevo lirismo", destacó su comisario, Juan Pérez de Ayala, quien ha reunido las obras de la muestra a lo largo de los últimos tres años. A los cuadros les acompañan como complemento 76 ejemplares de primeras ediciones, ilustradas por Dalí y Rafael Alberti entre otros, cedidos por la Fundación García Lorca, la Biblioteca Nacional y la Residencia de Estudiantes.
La ruptura que la vanguardia de los años treinta llevó a cabo con respecto a la pintura tradicional, está en Recuerdo de Cádiz de Norah Borges, tanto como en el Retrato de Federico García Lorca, de José Caballero. El colorido y la exhuberancia de los óleos de Maruja Mallo, dibujos de Alberti, e incluso la faceta pictórica apenas conocida de Gabriel Celaya. Las obras expuestas reflejan una variedad apabullante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de mayo de 2005