Un solo Dios para todos, como dijo Juan Pablo II: "Judíos, musulmanes, cristianos... todos somos iguales, todos somos hermanos". Vivimos en un tiempo de globalización, nuestros vecinos son de distintos países, con otras culturas, religiones, costumbres que nos resultan extrañas por desconocidas. Por eso la importancia de conocer al otro, para respetarle, comprenderle y quererle.
Esto, unido a la importancia que han tenido y tiene las religiones en el ser de lo que cada uno es en la actualidad, nos lleva a proponer que, en vez de dar Religión entendida como hasta ahora, se debería seguir dando, pero entendida como "Historia de las religiones". Enseñando la verdad de cada religión y cómo la viven sus seguidores, y también de qué manera han influido éstas en la historia. Pensamos que, si quitamos esto a nuestros jóvenes, les estaremos arrebatando de su ser y de unos valores, que buscarán por otro lado en las drogas, las sectas, el culto a la imagen, etc.
Descubrir el rostro de Dios es descubrir un Dios multiétnico y multicultural. Teniendo de todo nuestra sociedad, el ser humano no ha ganado en felicidad, sino que la calidad humana ha bajado un 99%. Porque creemos en un mundo intercultural y multirreligioso, proponemos que se estudie la posibilidad de impartir como asignatura "Historia de las Religiones".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de mayo de 2005