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LAS NEGOCIACIONES DE ARGEL EN 1989 | EL FUTURO DEL PAÍS VASCO | Las conversaciones con ETA

Tres meses de diálogo con el apoyo de la oposición

Las conversaciones entre el Gobierno y ETA de 1989 en Argelia y de 1998 en Suiza tuvieron como denominador común un previo alto el fuego de la banda terrorista y una postura compartida por los partidos de respaldo al Ejecutivo, inspirada en el espíritu de consenso del Pacto de Ajuria Enea. La situación actual de crisis de la unidad en la lucha antiterrorista se produce en ausencia de una declaración de tregua de ETA, aunque tras dos años sin asesinatos, y cuando no han existido contactos entre la banda y el Gobierno, que se ha comprometido a no conversar con los dirigentes etarras hasta que garanticen un cese definitivo. El texto analiza el comportamiento de la oposición en aquellas negociaciones y en la actualidad.

El 8 de enero de 1989, ETA anuncia por vez primera en su historia un alto el fuego, que limita a 15 días. La tregua, prolongada el 28 de enero durante dos meses más, propicia las conversaciones de Argel, dónde se sentó por vez primera, oficialmente, una delegación del Gobierno, entonces del PSOE -el director de Seguridad del Estado, Rafael Vera, y el delegado del Gobierno, en Murcia, Juan Manuel Eguiagaray- y de ETA, con Eugenio Etxebeste Antxon, Belén González e Ignacio Aracama.

Hubo conversaciones el 25 de enero, el 14 y 20 de febrero y el 14 de marzo. El 22 y 23 de marzo entran en crisis. La delegación gubernamental pone reservas a la exigencia etarra de incorporar a tres dirigentes de la banda, presos en Francia, a las conversaciones -Josu Ternera, Isidro Garalde y Lorenzo Lasa Mitxelena- y a la constitución de una mesa política de diálogo entre el PSOE y HB, el brazo político de ETA. El PNV comunicó al Gobierno su reserva a la petición.

ETA rompe la tregua el 3 de abril, cuando la delegación gubernamental se negó a admitir, en un comunicado, sus exigencias. La decisión la tomó unilateralmente la dirección etarra en Francia, encabezada por Francisco Mugika, Pakito.

Durante el proceso, el Gobierno de Felipe González fue apoyado por los partidos democráticos que se ajustaron a los pactos de Ajuria Enea y Madrid. El primer partido de la oposición era Alianza Popular (AP), con Manuel Fraga y Alberto Ruiz-Gallardón. El segundo, el Centro Democrático y Social (CDS), de Adolfo Suárez. He aquí sus testimonios:

- Enero de 1989. El Comité Ejecutivo de AP declara que "nunca se opondrá a cualquier intento que pueda conducir a la erradicación del terrorismo ni dejará de ofrecer su apoyo al Gobierno para su consecución". Suárez asegura que "el CDS está a favor del diálogo para la erradicación de la violencia terrorista en línea con el comunicado del Ministerio del Interior. De él se desprende que el Gobierno actúa con pleno respeto a los pactos que contra la violencia se firmaron".

- 28 de enero. Ruiz-Gallardón explica tras la ampliación de la tregua que AP es partidaria de una "negociación tendente a la reinserción de los miembros de ETA siempre que previamente haya una declaración expresa de la organización terrorista de que abandona las armas". Suárez afirma que "es una buena noticia, fruto de la negociación entre las fuerzas políticas".

- 11 de febrero. Fraga afirma respecto a las conversaciones: "No nos oponemos, aunque tenemos un profundo pesimismo. Pero creemos que agotar cualquier posibilidad de diálogo está justificada".

- 6 de abril. Rotos los contactos, Fraga dice que "AP no obstaculizará las conversaciones que el Gobierno pueda mantener con ETA y respaldará en todo lo que pueda reducir el peligro del terrorismo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de mayo de 2005